lunes, 23 de febrero de 2009

Pararlo que me bajo.



Estoy temeroso. Mucho me temo que la desidia generalizada de este país, más tarde o más temprano, nos pionga en manos de esta corrupción (cuidado con las elecciones gallegas). Cuando murió el dictador una luz brillante de libertad nos sacudió a los que en aquel tiempo eramos jóvenes y ya recientes padres.

Pensabamos que con el tiempo este país se asentaría en la libertad , en el fin de los caciques y señoritos, en el finiquito a las injusticias y la visualización de un país libre y culto.

Los años de bienestar han conducido a través de los años a las personas a dedicarse a vivir (lo mejor posible) sin mirar a sus políticos y exigirles cordura y buen juicio. Pero ¡vive Dios! mi gozo en un pozo. Me siento traicionado por mis compatriotas.

Si la desidia del pueblo permite que estos chorizos vuelvan a ser los señoritingos, los mandamás, los ¡jodete y aguanta! los que tengan en sus manos el poder, el clásico PARARLO QUE ME BAJO ha llegado el momento de plantearmelo.

El ver al tal Trillo cachondeandose por la dimisión de un Ministro, después de la canallada que permitió (sin dimitir) el tema del Yak me hunda en la miseria. Que les den .............

1 comentario:

DANI dijo...

Lo de Trillo habla muy mal de la vida politica, y de los "gilis" que son los ciudadanos capaces de votar a gentuza como esa.